domingo, 7 de diciembre de 2008

El Pacto




Cuando alguien deja su firma en un muro, está dejando la huella de su presencia en ese lugar. Ha estado de paso y se ha marchado, pero su nombre perdurará en la piedra, los viajeros que pasen por allí lo verán e imaginarán al ser que lleva ese nombre, le pondrán un rostro, un cabello, se harán una idea del ritmo de sus pasos, del rumbo que ha emprendido. Incluso sabrá adjudicarle una historia de amor, un motivo para su partida.
Cuando alguien deja su firma en un libro de viaje, en un libro donde figura una carta de navegación, asume que su viaje es el único destino posible. Lo que le dejarán las escalas, sólo él podrá imaginarlo, los puertos que habrá de ver, serán luminosos, blancos, y llegará hasta allí guiado por las gaviotas.
Cuando alguien firma sobre las cartas de navegación, deja atrás su pasado sedentario y se asume como nauta, peregrino del mundo en busca del arte, de la poesía. de la astronomía y la belleza.
Bajo la luna de sagitario, en una tarde noche de cielo turquesa, El Chamán, Driantes, Aril y Ema, han firmado el pacto que los convierte en tripulantes del Lucero, esperando se unan La Sacerdotisa y Derramasoles y también dejen su testimonio de luz.
Partiremos cuando se icen las velas de nuestra nave y el buen tiempo esté de nuestro lado. Pedimos protección a los cielos...
Ema






3 comentarios:

Aril dijo...

Lo hecho con el corazón no podrá ser deshecho por ningun obstáculo que interponga el hombre***
Soy el pacto, soy ustedes, hemos abordado
Los quiero!!

Carina dijo...

ahora tenemos que ver qué encontramos enla nave, ¿no? ese es otro tema...

Te quiero muchoooo, los quierooooo!!!!

Besooossss

Carina dijo...

Hermoso a lo a llegado esto, todo el amor que nos une nos llavara a buen puerto.
Saludos.
Lobo gris.